Isabel Herrero, maestra de profesión y voluntaria en Defensa de Animales de Valladolid (Defaniva)

“Dedicar tu tiempo a ayudar, en nuestro caso a perros, te ayuda a crecer como persona”

La adopción de mascotas aumentó notablemente durante la cuarentena. Este hecho nos hace recordar el trabajo que desempeñan las protectoras de animales, una labor que normalmente se realiza de forma altruista y voluntaria.

Defaniva es una pequeña protectora con sede en Valladolid que gestiona adopciones de perros. No tienen una sede física y, sin embargo, a lo largo del año consiguen hogares para cientos de canes. Durante los meses de pandemia han vivido muchas dificultades, pero con esfuerzo, dedicación y, sobre todo, buena voluntad, han conseguido seguir adelante.

 En Entrevistas, PVE

POR TATIANA OJEDA BERMÚDEZ

Esperan que esa labor no se vea truncada ahora con la llegada de las vacaciones. Porque España está a la cabeza en cuanto a abandono de animales. Según indica el estudio ‘Él nunca lo haría. Estudio de abandono y adopción 2019‘ elaborado por la Fundación Affinity, el año anterior se rescataron 138.407 perros y gatos abandonados.

Isabel, una de las voluntarias en Defaniva, espera que la gente se conciencie. Es maestra de profesión, dedica su tiempo libre a buscar una nueva oportunidad para los “inquilinos” que van llegando a la protectora. Le fascina todo lo que englobe al mundo canino. Trabaja con pasión y, aunque cuenta que colaborar con una protectora te hace ver muchos aspectos negativos del ser humano, bueno que aporta todo lo demás gana con creces.

¿Cuáles eran las labores principales de la protectora antes de la pandemia?

Antes de la crisis sanitaria nos dedicábamos a rescatar perros, bien de las perreras de Valladolid (capital y provincia), otros que habían sido abandonados y, en alguna ocasión, cedidos por la que había sido su familia. Al no tener un lugar físico, trabajamos con casas de acogida y dedicamos la mayoría del tiempo a atender tanto las necesidades del animal como las de las familias que lo tienen en acogida; proporcionarles pienso, juguetes, camas, visitas al veterinario y al adiestrador. Así como a dar visibilidad de los animales a través de nuestras redes sociales.

Otra de las actividades destacadas son los eventos que llamamos “quedadas”. Allí vendemos productos solidarios y recaudamos dinero para poder cubrir los gastos que genera el cuidado de los perros. Y, por supuesto, llevamos a cabo las entrevistas de pre adopción y las adopciones.

¿Qué cambios habéis notado durante el Estado de Alarma?

En Defaniva hemos notado cambios en dos sentidos, uno en lo que respecta a los perros y otro en cuanto a la protectora.

Respecto a los perros, durante el confinamiento se limitó el tiempo de salida, los contactos y la distancia, por lo que los perros no cubrían adecuadamente sus necesidades psicológicas y debíamos suplirlas en casa con mucho juego de olfato. Nuestro mayor problema han sido los cuatro cachorros que teníamos en acogida. Han crecido con nosotros y, con esta situación tan peculiar, sin apenas relacionarse con otros perros y acompañados 24 horas, creemos que les puede suponer problemas de conducta en el futuro. Los cachorros llamaron la atención a varias familias cuando llegaron a la protectora en marzo, pero al parar los procesos de adopción hasta junio, muchas personas se echaron atrás o les surgieron diversos problemas (principalmente laborales) y decidieron no continuar con la adopción.

En lo referido a la protectora hemos vivido muchas dificultades durante estos meses. No podíamos ir a repartir el pienso que tenemos almacenado, por lo que las casas de acogida tenían que comprarlo, algunas acogidas no podían desplazarse hasta los veterinarios con los que colaboramos y se veían obligados a ir a otros con precios más elevados. Evidentemente nosotros nos hacíamos cargo de todos esos gastos.

En la cuarentena se han disparado las adopciones, ¿Cuál ha sido vuestro caso?, ¿Cómo lo habéis gestionado?

Sí que es cierto que al principio del confinamiento muchas personas se ofrecieron como casa de acogida; a unos se les veía su buena intención pero otros te decían explícitamente que querían acoger un perro para salir durante el Estado de Alarma.

Nosotros paramos todos los procesos de adopción, exceptuando un caso, el de Alaska. Es una perrita especial, es ciega de un ojo y sorda. Y ha vivido cinco años en la perrera, por lo que había que darle su tiempo y espacio. Al principio la llevamos a una residencia canina para que el cambio no fuera tan grande (de la perrera a una casa) y así, su familia de acogida podía ir a verla, pasearla y crear vínculo. Pero con el estado de alarma nos vimos obligados a acelerar nuestro planteamiento,  ya que las residencias caninas cerraron y, Alaska, se fue de acogida con la que iba a ser su familia. La convivencia no funcionó y en pleno estado de alarma tuvimos que sacarla de su casa y buscarle un nuevo hogar.

¿Habéis percibido un aumento de abandono de mascotas en estos meses de pandemia?

No, todo lo contrario, al cerrar todos los centros, incluidas las perreras, la gente no abandonaba a sus mascotas y las veían como un beneficio para poder salir a la calle. Ahora a principios de julio sí que estamos viendo un nuevo aumento de perros abandonados.

Una vez pasada la cuarentena, ¿Habéis recibido alguna ‘devolución’?

Sí, pero fue una adopción que duró 24 horas. Una familia adoptó uno de nuestros cachorros que habían crecido durante la cuarentena y cuando le dejaron sólo el perro se puso a llorar, la persona que le adoptó se agobió y nos lo devolvieron al día siguiente.

¿La protectora ha recibido ayuda (para medidas de higiene, por ejemplo) durante estos meses?

No, ninguna. De hecho, nos han pedido ayuda a nosotros en cuanto a acogidas de perros. Hace unos meses se descubrió un criadero ilegal de yorkshires y, desde el Ayuntamiento de Valladolid y el Centro Canino Municipal nos pidieron ayuda para que nos hiciéramos cargo de las acogidas de los perros incautados hasta la resolución del juicio.

Nosotros buscamos las acogidas, las supervisamos, cubrimos gastos de manutención y veterinarios y no nos dieron ningún tipo de ayuda.

En Defaniva se trabaja d forma voluntaria, ¿Qué tipo de funciones realizáis en el día a día?

Como bien dices somos voluntarios, todos tenemos nuestros trabajos y nos dedicamos a ayudar a los animales en nuestro tiempo libre.

Las funciones que llevamos a cabo son: ser casa de acogida, llevar las redes sociales, llevar al día el e-mail, el teléfono de la protectora, organizar las quedadas o diversos eventos, estar en el puesto solidario, realizar fotografías a nuestros perros acogidos, llevarles al veterinario, al fisioterapeuta, al adiestrador y realizar entrevistas para ser casa de acogida, de pre adopción y familia adoptiva.

¿Cómo funciona la financiación de la protectora?

Las “quedadas”, que es nuestra principal fuente de financiación. Consisten en realizar un pequeño evento en un bar que admita animales, donde llevamos a nuestros perretes en adopción y ponemos un puesto solidario para vender diversos productos (pulseras, bolígrafos, tazas, juguetes…). Con ello recaudamos dinero para costear los gastos de manutención que conlleva el cuidado de los perros; veterinario, esterilizaciones, desparasitaciones, medicamentos, fisioterapia, adiestrador, enseres, pienso etc.

Por otro lado, recibimos ayuda de nuestros seguidores a través del Teaming (1€ al mes) y de donaciones puntuales que nos realizan. También ponemos “huchas solidarias” en diferentes establecimientos (veterinarios, tiendas de animales, centros de estética, tiendas,…) para que las personas que acudan a ellos puedan dejarnos una ayuda.

En definitiva, nosotros no recibimos ningún tipo de ayuda o subvención por parte de las administraciones, todo el dinero que recaudamos es gracias a la solidaridad de las personas.

¿Cuál crees que es la perspectiva social actual para con la adopción de mascotas? ¿Algún día se dejará de comprar?

A día de hoy, tengo que decir que no. Sí que es cierto que las adopciones han crecido mucho si comparas adoptar con comprar, pero siempre habrá quienes busquen un determinado perro, de determinada raza, tamaño y edad. Tampoco ayudan los portales de venta por Internet donde permiten anunciar cualquier cosa como vender perros, regalar o buscar perros para criar. Y por último están las familias a las que las protectoras no las vemos como “aptas” para tener un perrete y lo acaban buscando por otro lado.

¿Qué te ha aportado a nivel personal ser voluntaria en Defaniva? 

Es cierto que hay miles de cosas negativas a la hora de colaborar o ser voluntaria en una protectora, porque te afecta: el abandono continuado de animales, el maltrato, las enfermedades, la devolución de los perros adoptados y una gran lista más. Pero merece la pena por ver esas caritas de felicidad cuando les sacas de una mala situación.

A lo largo de la vida se conoce a personas que no merecen la pena, en cambio, de ningún perro se podría decir lo mismo. Creo que dedicar tu tiempo a ayudar a otros seres, en nuestro caso perros, te ayuda a crecer como persona. También te abre los ojos de la sociedad en la que vivimos y en cómo podría mejorar si se pusiera más interés. Y, sobre todo, conoces gente estupenda que piensa y actúa como tú y con la que te une un “mismo ideal”.

¿Recomendarías la adopción de mascotas y colaborar en una protectora?

En cuanto a la adopción, porqué adoptar, veo varias razones: la primera es por intentar acabar con el negocio de la cría de los perros y, principalmente, ayudar a los canes que no tienen un hogar, que por desgracia, son muchos. Cuando rescatas a esos pobres seres y les enseñas a confiar de nuevo y a ver las cosas buenas de la vida te da una satisfacción increíble. Esto solo se sabe si lo vives y si acoges a un animal que lo necesita.

 

 

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