“Guía de Estilo para Periodistas: Mira a las Personas sin Hogar”

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Coincidiendo con la celebración del Año Europeo de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, la Representación de la Comisión Europea en España, ha presentado el pasado 28 de mayo la ‘Guía de Estilo para Periodistas: Mira a las Personas sin Hogar’, editada por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN). Esta herramienta está dirigida a los profesionales de la comunicación con la que se pretende dar un paso más en la lucha contra la exclusión de social.

Los medios de comunicación tienen un papel fundamental en la tarea de facilitar la integración social de las personas sin hogar, por lo que es necesario que la información que transmiten se ajuste lo más posible a la realidad, alejándose de la visión excluyente que aún mantiene buena parte de la sociedad frente a este colectivo.

Explicar las causas de su situación, comprobar las dificultades a las que se enfrentan, denunciar la vulneración de sus derechos básicos, así como dar espacio a los aspectos positivos y normalizadores, son planteamientos que los profesionales de la comunicación deben tener en cuenta para ofrecer una información completa en noticias donde participen personas sin hogar.

Según Marta Múgica, Responsable de Comunicación de la Representación en España de la Comisión Europea, “en este documento se ofrecen propuestas y soluciones prácticas para que el profesional de la comunicación pueda acercarse a esta realidad compleja, emplear un lenguaje adecuado, y dar una visión más real y menos estereotipada de uno de los principales grupos de excluidos que viven en España”.

Las personas sin hogar como fuente necesaria de información

En muchas ocasiones, los medios de comunicación ofrecen informaciones sobre hechos que protagonizan personas sin hogar, pero sin contar con ellos como fuente informativa. La apertura de un recurso, un problema vecinal, o el trabajo de una organización social son noticias en las que la perspectiva de los sin hogar parece prescindible. En estos casos, se informa sobre los sin hogar, pero sin ellos.

Para Alberto Senante, autor y coordinador de la Guía de Estilo para Periodistas: Mira a las Personas sin Hogar, “el propósito de esta Guía no es que los medios de comunicación den necesariamente una imagen positiva o políticamente correcta de estas personas, ni que dulcifiquen uno de los problemas más serios y olvidados a los que se enfrenta nuestra sociedad. Se pretende únicamente aportar un instrumento para que los profesionales de la comunicación puedan ofrecer una información de calidad, aplicando los propios principios deontológicos en las informaciones sobre este colectivo”.

Por múltiples motivos, en ocasiones resulta difícil contar con el testimonio de las personas sin hogar implicadas en una noticia. Establecer un diálogo previo con ellos, ir acompañados de miembros de organizaciones sociales que conozcan a estas personas, ofrecerles el anonimato en sus declaraciones, y dar la posibilidad de que no muestren su rostro a cámara, pueden ser algunas prácticas que ayuden al informador a que la persona sin hogar se preste a relatar su versión de los hechos.

Términos: lo que dicen las palabras

En muchas ocasiones, los términos que emplean los medios de comunicación para designar a los sin hogar tienen una fuerte carga peyorativa, contienen los prejuicios que la sociedad les ha atribuido, y no describen de modo adecuado la realidad de este colectivo.

“Personas sin hogar” o “Sin hogar” parecen los términos más acertados para denominar la situación de las personas que viven en la calle, en albergues o en infraviviendas. Con “sin hogar” se hace referencia a la carencia de un espacio físico propio donde desarrollar una vida autónoma, así como a la ruptura de relaciones personales que han sufrido estas personas. Por tanto, este término describe una situación, sin caer en falsos estereotipos ni ocultarla con eufemismos.

El término “sin techo” es adecuado únicamente para nombrar a las personas que viven y duermen en la calle, pero es un término que se limita a las carencias físicas de estas personas, dejando de lado los aspectos personales que conlleva esta situación. Además, muchas personas sin techo en ocasiones duermen ocasionalmente en albergues, pensiones o casas, por lo que, en rigor, dejan de ser sin techo, manteniendo su condición de sin hogar.

“Indigente” es un término muy utilizado aún en los medios, hace referencia a la absoluta carencia de medios materiales, manteniendo el estigma sobre estas personas. Con “indigente” generalizamos una situación de abandono y falta absoluta de medios que no se verifica en la mayoría de las ocasiones. Se trata de un término excluyente, que se limita a nombrar las carencias físicas, sin reparar en las consecuencias personales y sociales que supone la situación de sin hogar.

En cuanto al término “mendigo”, tal y como reflejan los estudios, sólo entre el 10 y el 15% de las personas sin hogar practica la mendicidad, por lo que el término es inexacto y refuerza el estereotipo de vagos que acompaña estas personas.

El término “vagabundo” describe de modo despectivo una situación de movilidad que no suele cumplirse en la realidad actual de las personas sin hogar. La mayoría de ellos permanece en un entorno limitado, determinado por sus actividades diarias y la localización de los recursos sociales.

“Sin domicilio fijo, sin residencia”. En los últimos tiempos se han empleado este tipo de términos, que si bien respetan la dignidad de los sin hogar, edulcoran la realidad, ocultando la verdadera situación a la que se enfrenta este colectivo.

“PSH, SDF, homeless”. Las siglas y anglicismos también tecnifican y “alejan” una realidad humanamente tan dura como la de las personas sin hogar.

La guía de estilo

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