“Las entidades de voluntariado les ahorramos dinero a las administraciones”

Javier Montes

Luis Alberto González García (Palencia, 1971) lleva años afincado en Santander. Vinculado al mundo del voluntariado desde hace casi tres décadas, es el gerente de la asociación ‘Ser Joven’, una entidad sin ánimo de lucro que presta servicios a la juventud. Además, también preside la Plataforma del Voluntariado de Cantabria, un nuevo agente social que nació el pasado 5 de julio con el objetivo de impulsar y fortalecer la acción voluntaria en la región y hacerla más visible ante la ciudadanía.

Pronto hará tres meses que se presentó la Plataforma del Voluntariado de Cantabria. ¿Cuál es el balance?

Estamos siendo un motor diesel. Acabamos de arrancar y éramos conscientes de que las vacaciones de verano y la atención interna de cada una de las asociaciones que la integramos nos iban a dificultar empezar con más ritmo. Quisimos poner la plataforma en marcha un poco antes, en el mes de mayo, pero por diferentes cuestiones se demoró. Hasta ahora hemos mantenido un par de reuniones internas y hemos atendido varias consultas de asociaciones y entidades del tercer sector interesadas en formar parte de la Plataforma. Nos han trasladado su compromiso pero necesitamos un protocolo para agilizar esa inclusión. Estamos en ello.

¿Y cómo están procediendo?

Ahora les pedimos que rellenen una solicitud muy sencilla para tener sus datos de cara a una próxima asamblea o reunión. Aún no hemos fijado la fecha pero antes de que acabe el año nos reuniremos todos. La finalidad de la Plataforma es ganar visibilidad, sumar sinergias entre las asociaciones que se dedican a la acción social y convertirnos en un referente en sistematización y actualización de la actividad voluntaria. Tenemos mucho trabajo por delante.

¿Cuántas organizaciones conforman la Plataforma del Voluntariado de Cantabria a día de hoy?

Somos cinco: ‘Ser Joven’, ‘Asde Scout Cantabria’, ‘ONCE’, ‘Asites’ y ‘AMAT, afrontando adicciones’ y como digo, tenemos a dos o tres llamando a la puerta.

¿Cómo ha sido la acogida por parte de las instituciones?

Bien. El día que presentamos en Santander oficialmente la Plataforma del Voluntariado de Cantabria recibimos muy buenas palabras. Ahora el objetivo es que se conviertan en hechos. Nos han llegado a decir que sería interesante que Cantabria acogiera el siguiente encuentro del voluntariado de España. Sería un impulso muy grande para nosotros pero quizás sea demasiado pronto. Acabamos de nacer.

¿Ha sido difícil poner en marcha la Plataforma?

Difícil no pero sí nos ha llevado mucho trabajo. Quiero aprovechar para agradecer desde aquí el trabajo en la sombra, ese que no se ve, de muchas personas. Puede que no se tenga en cuenta y hay que ponerlo en valor. Me refiero tanto a las personas como a las entidades.

En la presentación de la Plataforma del Voluntariado en Cantabria demandó una investigación para conocer el número de personas que realizan tareas de voluntariado en la comunidad.

Así es. Sería de gran ayuda tener una información aproximada al respecto para poder hacer un perfil tipo pero desde las propias entidades tenemos difícil llegar a las personas. Mucha gente no quiere hacer encuestas y las tacha de innecesarias pero sin esas estadísticas nuestra labor se ve dificultada. Tal vez ese estudio deba hacerse desde la administración pública, no lo sabemos. Las entidades de voluntariado les ahorramos un coste a las administraciones porque hacemos una labor que nadie hace.

En general, ¿considera que la población de Cantabria está concienciada con hacer voluntariado?

La verdad es que la tónica general de los últimos años es que nos cuesta encontrar personas voluntarias pese a que las estadísticas dicen que desde la pandemia la tendencia es la contraria. En ‘Ser joven’, por ejemplo, es un vaivén. A veces tenemos un equipo fiel haciendo tareas de voluntariado pero, de repente, se nos cae y tenemos dificultades para captar a gente. En general, diría que nos está costando llegar a la sociedad pero considero que es cuestión de tiempo. Tenemos un reto maravilloso por delante.