Una buena noticia que afecta al estado de nuestro planeta y a su cuidado: una expedición científica apoyada por Greenpeace ha descubierto una nueva colonia de cría de pingüinos papúa en la isla Andersson, situada en la península antártica. Este descubrimiento proporciona pistas de que el ecosistema en la zona está cambiando, aunque de manera que no parece haber impactado negativamente en los pingüinos Adelaida, que han llamado hogar a esta región durante siglos.
“El mar de Weddell difícilmente es inmune al cambio climático, pero parece que los pingüinos Adelaida que se reproducen en esta área permanecen protegidos de la peor de las amenazas a las que se enfrentan esas poblaciones que disminuyen tan rápidamente en el lado occidental de la península Antártica, donde las temperaturas están aumentando. Nuestra comprensión de la ecología en este paisaje inhóspito continúa creciendo cada año, pero todo lo que aprendemos apunta hacia su valor para la conservación”, ha señalado la doctora Heather J. Lynch, profesora de Ecología y Evolución en la Universidad de Stony Brook, una de las líderes de la expedición.
Los refugios climáticos para la vida silvestre ofrecen esperanza y Greenpeace advierte que no se debe permitir que las industrias más destructivas se aproximen a estas zonas. Los gobiernos deben actuar para proteger la Antártida y los océanos antes de que sea demasiado tarde. Actualmente los ministros hacen caso omiso de los llamamientos de los científicos para proteger al menos un tercio de los océanos del mundo para 2030, y el tiempo corre.