Cáritas Española ha dado luz verde a su V Plan Estratégico, un instrumento que servirá para articular durante los próximos tres años las respuestas de la organización ante una sociedad que ha quedado “malherida” por la pandemia.
“Somos conscientes –se afirma en la Declaración— de la exigencia organizativa que supondrá orientar nuestros modelos de trabajo a estos nuevos escenarios de exclusión social en los que, además, persisten antiguos desequilibrios estructurales y ´viejas´ pobrezas”.
Esta es una de las conclusiones a las que han llegado los responsables de las 70 Cáritas Diocesanas de todo el país que el viernes 25 de junio participaron en la LXXIX Asamblea General de Cáritas Española, celebrada en la sede de la Fundación Pablo VI de Madrid.
En el encuentro, los integrantes de las Cáritas rubricaron “la apuesta de la confederación por seguir estando en el centro de las soluciones a esta crisis, fiel a su misión samaritana de atender a todos los descartados y de acompañar, con cercanía, calidad y calidez, la realidad de estas personas”.
La Asamblea tuvo un formato híbrido, presencial y a través de videoconferencia, con sesiones presididas por Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española, y moderadas por Vicente Martín, delgado episcopal, y Natalia Peiro, secretaria general.
Temas tratados
Junto a los temas estatutarios —informe anual de la Secretaría General y aprobación de cuentas y resultados del Ejercicio 2020—, el trabajo de reflexión giró en torno al tema “La Cáritas que queremos para el futuro: Aportaciones a la luz del impacto del Covid-19 en la sociedad, de nuestros retos estratégicos y de la percepción de Cáritas en la sociedad”.
Las sesiones se cerraron con la entrega de la primera edición del Premio a la dimensión universal de la Caridad, que ha recaído en el proyecto que Cáritas Diocesana y la Archidiócesis de Valladolid viene apoyando desde 2005 en el Vicariato Apostólico de Puyo, en la Amazonía Ecuatoriana.
En su mensaje a la Asamblea como obispo acompañante de Cáritas en la Subcomisión de Acción caritativa y social de la CEE, monseñor Jesús Fernández, obispo de Astorga, expresó su “agradecimiento a los agentes de caridad –voluntarios y contratados- que, desde un amor creativo, han ido dando respuestas ajustadas a las variadas situaciones de precariedad y cuidado que se les han presentado”.
Y refiriéndose a los nuevos retos que apunta el V Plan estratégico de la Confederación para los próximos años, Fernández señaló la necesidad de “afrontar una relectura del Modelo de Acción Social desde cuatro perspectivas: la comunidad cristiana, llamada a ser protagonista de la acción caritativa y social; una fraternidad abierta y universal; el cuidado del hombre, de la sociedad y del medio ambiente; y el respeto y potenciación de los derechos humanos”.