Niurka Gibaja, coordinadora del año temático ‘Feminismos, igualdad y derechos humanos’ FELGTB

“Si no tomamos conciencia de que la LGTBIfobia existe, nada podrá cambiar”

Con motivo del Día Internacional Contra la LGTBIfobia (17 de mayo), hablamos con Niurka Gibaja, que forma parte de FELGTB, y es coordinadora del año temático ‘Feminismos, igualdad y derechos humanos’. Y ha sido muy clara en dos puntos. El primero, que la solución contra la LGTBIfobia está en la incorporación de la diversidad en los programas educativos. El segundo, que el feminismo debe ser plural e incluir a todas las personas que luchan por los derechos humanos.

 En Entrevistas, PVE
Por Mauricio H. Cervantes

Estudió Filosofía y Teología. Cuando habla tiene las ideas muy claras. Excelente conversadora y tema que toca tema del que habla con fluidez. Es cercana, sin embargo no confiesa dónde nació. Sólo cuenta que es migrante. ¿Y sobre su edad? (una pregunta incómoda siempre) responde con humor: “sin cuenta”. Niurka habla sobre su vida, y sobre lo duro que es tener que tomar decisiones. Aborda el tema de quienes migran en busca de un lugar más seguro. Y también sobre lo duro que es abrirse camino en un mundo tan estricto como la docencia, en donde no todas las personas comprenden que la identidad no debe determinar las capacidades de alguien.

¿Cuándo comenzó con el activismo?

He sido activista desde que tengo uso de razón. Lo soy desde muy joven, desde que comencé a cuestionar a los sistemas que no son capaces de valorar a las personas por igual. Lo he sido desde que me posicioné a favor de les empobrecides, de quienes menos tenían. De la gente más vulnerable. Y, en consecuencia, el activismo por las personas trans es algo que me toca en carne propia.

No puedo parar. Me indigno cuando escucho historias que digo “esto no puede seguir pasando”.  Cuando abres los ojos del corazón, ya no los puedes volver a cerrar. Cuando miras el dolor ajeno, no puedes ser indiferente a ello. Por eso siento que el activismo se convierte en parte de tu propia vida.

España aún no cuenta con una legislación estatal que garantice los derechos de las mujeres trans. Hablemos de Yes, We Trans

Yes, We Trans es una iniciativa pionera porque es estatal. Es el primer programa que se plantea para resolver la discriminación que muchísimas personas trans sufrimos en el ámbito laboral. Es un proyecto que busca responder a muchas de nuestras necesidades más urgentes.  Pero también es un acompañamiento que se hace con las empresas mediante un proceso de formación. Sobre todo, en los departamentos de Recursos Humanos, así como en todos aquellos involucrados en los proceso de inserción laboral.

También es un proyecto que ofrece sensibilización hacia la realidad trans a todes les empleades. Esto último es muy importante para evitar las situaciones de discriminación. Yes, We Trans es una apuesta por querer acercar la realidad trans al mundo empresarial. Yo creo que hay empresas que están abiertas, y que se plantean el tema de la diversidad y la inclusión no como una cuestión de postureo, sino como una forma de hacer más efectiva y más real esta experiencia inclusiva, donde la palabra T de las personas trans sea una realidad.

Discriminación y desempleo para las personas trans

Mira, los porcentajes de las personas trans en desempleo, o que ni siquiera han trabajado, son bastante altos. Aquí en España, el 77% de las mujeres trans han sufrido discriminación al momento de ir a una entrevista laboral. Y el 43% de ellas lo sufre en el ámbito laboral. Además, hay un 58% de personas trans que ni siquiera hablan de su identidad por miedo. Yo creo que es muy importante tener en las empresas un protocolo de no discriminación.

Son cifras muy elevadas. ¿La identidad sigue siendo determinante en una entrevista laboral?

Sí. Si haces la suma, tenemos cerca de un 80% de personas trans en esa situación. En particular, las mujeres trans seguimos siendo las más vulnerables, las más discriminadas y las que más sufrimos con esta situación. Y también hay que incluir la realidad de las personas trans no binarias, que son las grandes desconocidas todavía. Por eso creo que es importante hablar sobre esto en el mundo empresarial, y tratar estos temas mediante una formación. Eso ayudará a eliminar situaciones de transfobia en un primer contacto, además de que la persona que vaya a una primera entrevista no vaya con angustia, incertidumbre y agobio.

Tenemos que lograr que haya contratación y que la identidad no sea determinante. Que seamos reconocidas, valoradas, contratadas, y tomadas en cuenta por nuestras cualidades y por nuestras capacidades, así como por nuestra formación y no por nuestra orientación o identidad. Desgraciadamente, aún son temas que se ponen sobre la mesa y resultan determinantes para las empresas.

Discriminación también hay en lo educativo y en otros ámbitos

Las personas LGTBI+ también vivimos la discriminación en el ámbito educativo, por ejemplo. No es gratis que hablemos de bullying y de transfobia. También sufrimos discriminación en el ámbito sanitario. Sucede cuando vamos con el médico y éste no sabe qué hacer con nosotras porque desconoce nuestra realidad. Lo digo porque el sistema sanitario no está preparado para atender a una mujer trans en urología o a un hombre trans en ginecología, por ejemplo. Es importante respetar el cuerpo y la identidad de cada persona y que cada quien reciba la atención que necesita. De vuelta a la discriminación laboral, podemos hablar de los delitos de odio. Hay, incluso, gente que ya no habla de LGTBIfobia sino que de ‘LGTBIODIO’, que no es otra cosa que un intento de negación de nuestra identidad. En estos últimos tiempos hemos escuchado muchos discursos de odio en las redes sociales por parte de voces “autorizadas”, o por partidos o grupos políticos, que han ido aumentando sus agresiones hacia nosotros. Y cuando digo agresiones no sólo me refiero a lo verbal, sino también a lo físico. Por eso no podemos bajar la guardia.

La LGTBIfobia. En muchos países se criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. Y en seis eso se castiga con la pena de muerte

Insisto, estamos hablando de casos de odio. De discursos en los que existe la negación, el no reconocimiento de nuestra identidad, en los que no se admite escucharnos en primera persona. Efectivamente, son 69 países en los que se criminaliza la homosexualidad. Y además vemos ejemplos como los de Polonia o Hungría, en los que hay una persecución. Yo creo que la estrategia europea que habla de inclusión es una que plantea puntos claros, porque habla de la educación, de eliminar discursos de odio, también trata sobre la creación de estructuras donde se puede hablar de la inclusión y de la diversidad, así como del respeto hacia las personas trans y su derecho a la autodeterminación.

Esto es importante porque no sólo sucede en España. Muchas personas LGTBI vamos huyendo de un país a otro, y lo hacemos buscando mejores condiciones de vida en lugares donde haya mayor apertura y aceptación.

¿Cómo se puede cambiar un escenario así?

Pues con un respaldo legal. Porque cuando tienes una ley que te reconoce, entonces sí que existes en esa sociedad. Mientras no tengamos derechos, no sé si existimos realmente, en esta sociedad. Es importante destacar también el trabajo en red para conocer experiencias en otros países. Tenemos el ejemplo de 9 países, algunos en Europa y otro en Latinoamérica, en los que ya se habla de la autodeterminación. Y no ha pasado nada, sólo hemos logrado facilitarle la vida a las personas trans. Debemos crear una red internacional que proteja los derechos de una persona LGTBI. ¿¡Cómo puede vivir una persona en un país donde está siendo condenada, donde está siendo criminalizada!?

Hablamos, entonces, de leyes dentro de los países, pero también de protección internacional

Claro. Hablamos de un reconocimiento internacional y de una protección que pueda atender a distintas situaciones cuando estás en un país o en otro.

El otro día yo entrevistaba a una persona que me confesaba algo muy duro. Me decía que si no la hubieran amenazado de muerte, jamás se hubiese ido de ahí, que amaba a su país, pero que no le había quedado de otra más que salir. Fíjate lo doloroso que puede ser eso. Porque hay quien lo hace en condiciones muy difíciles, muy dolorosas. Y al llegar a tu nuevo destino no significa que hayas llegado al paraíso. Muchas personas llegan con un alto grado de vulnerabilidad, de incertidumbre, muchas tienen que comenzar de nuevo.

Hablemos de feminismos, igualdad y derechos humanos

¡Estos son temas muy importantes! Este año es el año temático ‘feminismos, igualdad y derechos humanos’, y las tres son palabras fundamentales en la búsqueda de la dignidad de las personas. ‘Feminismos’, me gusta que la palabra sea en plural porque creo que habla de la inclusión y de la sororidad que debe haber entre todas las mujeres. También hablo de las mujeres en plural, porque debemos de estar contempladas todas: migrantes, de distintas etnias, con distintas creencias y costumbres, no migrantes, de todas las edades, en fin, todas. Esto significa que debemos recoger y enlazar a todas las mujeres en esta lucha conjunta contra el patriarcado, contra las desigualdades de género.

Aunque somos las mujeres quienes estamos en primera línea, es necesario crear alianzas con los hombres. Lo cierto es que hay muchos de ellos que también siguen siendo víctimas de este sistema opresor, del machismo y del patriarcado. Feminismos es hablar de una palabra muy amplia en la que entramos todas las personas que luchar a favor de los derechos humanos. También, es muy importante hablar, desde mis vivencias, de un feminismo trans, inclusivo, donde las trans estemos dentro de estos feminismos y donde podamos aprender a vernos como compañeras.

‘Igualdad’ es buscar el reconocimiento de todas las personas, pero también me gusta hablar de equidad. Hay que dignificar a todas las personas, sobre todo, a las más vulnerables. Y ahí estamos hablando de las personas trans. Porque somos un colectivo en situación de vulnerabilidad.

Y, finalmente, derechos humanos. Necesitamos un reconocimiento legal, como lo dije antes, para tener un respaldo, para saber que existimos dentro de la sociedad.

¿Cuál ha sido un momento duro o difícil en su vida?

Lo que es duro en la vida es tomar decisiones y renuncias. Por ejemplo, yo estudié teología. Y, con todo lo que he estudiado, con todo lo que me he formado, qué difícil resulta a veces enseñar. Y no por mis méritos académicos, sino porque mi identidad se sigue cuestionando. Eso es duro. Es como estar atado de manos en el crecimiento profesional que podrías tener, porque aún hay personas incapaces de comprender que una mujer como yo pueda ser teóloga.

Por otra parte, ¿Cómo ve a la España de hoy en cuanto al colectivo LGTBI?

Para hablar de la España de hoy hay que considerar en qué parte de esa España se está. Porque no es lo mismo vivir en ciudades grandes, donde puedes tener más apertura, donde puedes vivir con mayor libertad, que hacerlo en lugares más pequeños. Debe ser muy difícil ser una persona LGTBI+ o trans en una zona rural, donde quizá estas situaciones sólo te llevan a la incomprensión, donde estás en el ojo de todo el pueblo, no tienes apoyo y asistencia sanitaria y legal, etcétera. Tampoco es lo mismo la mirada de alguien que nació en España que la de un migrante. No es lo mismo para una persona que ha llegado a este país buscando asilo, o que salió de su país por una amenaza de muerte. A esta España hay que verla dependiendo de quién la ve, y desde dónde la ve.

En términos generales, yo creo que esta España necesita más educación. Esa es la herramienta fundamental para erradicar y combatir las situaciones de LGTBIfobia. Digo educación porque considero que hablar de la diversidad debe formar parte del programa educativo, porque las personas trans no somos una ficción ni una idea, o una teoría. Somos personas reales y convivimos con el resto de la sociedad día a día. Y en esta convivencia lo que queremos es respeto, y exigimos una Ley Estatal en la que estén contempladas la infancia, la adolescencia, las personas mayores, personas migrantes que no lo estamos aún.

Para mí, son dos elementos importantes para esta España que queremos: educación, y una Ley Estatal que proteja y que sirva como escudo ante situaciones de violencia.

 

 

 

 

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