‘Notas al margen’

 En Opinión, PVE
FERMÍN NÚÑEZ, Periodista

Como es bien sabido, las notas al margen o notas al pie explican con detalle aquello que el autor, o el propio lector, consideran necesario apuntar en un relato, una tesis o un documento de cualquier tipo. Con su tipografía mínima nos hablan de la vida del autor, de alguna circunstancia especial en la que se desarrolla la trama, alguna definición de un término culto o antiguo, la descripción más detallada de un acontecimiento, o una simple llamada de atención, un comentario, etc.

En el relato de la pandemia que nos ha tocado vivir hay también muchas notas al margen. Desde el margen nos hablan las decenas de miles de familias que han perdido a alguien durante esta crisis, el millón de personas que han dejado de trabajar (entre ERES y ERTES); más de 100.000 médicos del sistema público de Salud saturados, estresados y en algunos momentos impotentes frente a las consecutivas oleadas; las pequeñas empresas familiares que han cerrado para siempre… Y, sobre todo, nos hablan los millones de personas en situación de vulnerabilidad que, por muy diferentes motivos, han sufrido esta pandemia más que nadie: silenciosas entre sus cartones o encerradas en sus casas de 40 metros cuadrados, haciendo las llamadas “colas del hambre”, confinadas en sus residencias, sometidas a cierres perimetrales, impedidas hasta de ir con sus hijas e hijos a jugar a los parques…

Ahora son voces calladas, pero serán ellas –esas notas al margen–, quienes en el futuro nos acabarán contando el auténtico relato de la pandemia, quienes escriban la Historia con mayúscula y expliquen a través de los historiadores y las historiadoras el comportamiento de la humanidad ante la mayor crisis sanitaria de los últimos siglos.

Durante la pandemia, en varias ocasiones he escuchado la frase: “este virus nos iguala a todas, porque no distingue entre clases, razas ni religiones”. Lo cierto es que –si bien el virus ha ampliado esas notas al pie del relato­–, como en otras circunstancias duras de la Historia, en esta pandemia también acaba habiendo ganadoras y perdedoras, protagonistas y secundarias: quienes hacen fortuna del infortunio, y quienes pagan la cuenta cuando el resto se ha escabullido entre el caos. Quienes se creen con el privilegio de vacunarse antes, y quienes asisten estupefactos a sus postreras explicaciones. Quienes acuden raudos a su segunda residencia con jardín para quedarse teletrabajando y quienes aguantan en sus barrios superpoblados. Quienes escribimos esto desde una posición modesta pero acomodada, con un trabajo estable y una familia sana, y quienes no han tenido siquiera la posibilidad de pedir ayuda cuando ha sido más necesario.

Nuestra es la responsabilidad de anotar –siquiera mentalmente–, esta otra realidad al margen de las luchas partidistas, de las cifras macroeconómicas, de los escándalos secundarios. Porque cada día, esa vida que vemos en las calles sigue, fuera de los renglones del centro de la página. Y esa vida somos usted y yo, aunque nos quieran sacar del relato.

 

Las opiniones vertidas en los artículos de opinión de El Periódico del Voluntariado corresponden a los autores y autoras de los textos.

Noticias recomendadas
Memory: 96.8984MB (18.93% of 512MB)