Por Talía Estévez
João, además, es coordinador de la Confederación Portuguesa de Voluntariado y Secretario General de los Scouts en su país. Un largo bagaje profesional le avala como uno de los mayores expertos de Europa. De hecho, en los corrillos del sector se comenta que este portugués de aspecto bonachón será el próximo presidente del voluntariado europeo.
¿Qué es el Cuerpo Europeo de Solidaridad?
Es un organismo muy nuevo; acaba de nacer en 2018 y actualmente está en proceso de pruebas. Es un proyecto que dispone de presupuesto y pretende colocar al voluntariado en un lugar de importancia en Europa. Por eso al CEV le interesa mucho trabajar, codo con codo, en este cuerpo. Queremos crear un concepto de voluntariado homogéneo y transparente en Europa.
¿Cuál es la situación a nivel europeo del voluntariado?
Lo cierto es que las diferencias entre unos países y otros son enormes, empezando por la propia definición de voluntariado. Es tal la heterogeneidad que hay en este aspecto que dentro del mismo país hay regiones que no comparten el mismo planteamiento del voluntariado. Al margen de la concepción y la incidencia del voluntariado en cada zona, a nivel global el voluntariado no aparece en la agenda política desde que se celebró el año europeo en 2011.
¿Cómo trabaja el CEV para remediar esto?
De 2011 en adelante trabajamos como Lobby. Tratamos de proporcionar visibilidad al voluntariado europeo, introducirlo en las agendas políticas. Nuestro principal objetivo en este sentido es que el Europarlamento cree un intergrupo específico de voluntariado que nos permita darle la importancia necesaria.
¿Cómo estáis preparando las próximas elecciones?
Estamos trabajando en un proyecto al que hemos llamado Vote volunteer edition que tiene dos objetivos muy definidos. Por un lado, promover la incidencia política como ya comentaba: entrevistarnos con candidatos y eurodiputados para que tengan en cuenta el voluntariado y lo incluyan en sus dinámicas. Y por otro, queremos concienciar a la población de la necesidad de votar en las elecciones europeas. Hay una incidencia de voto bajísima en toda Europa y esto hay que cambiarlo, es importante implicar a la población.
¿Hay un modelo europeo de voluntariado?
Yo personalmente no creo que existan los modelos de voluntariado. Hay miles de proyectos en organizaciones muy distintas que intervienen en contextos concretos. Cada proyecto tiene su dimensión y el modelo de voluntariado lo crea cada persona con su compromiso y su implicación.
Cuando el voluntariado traspasa fronteras se plantea la eterna duda ¿Qué es cooperación y qué es voluntariado?
El cooperante trabaja fuera de las fronteras de su país y por ello recibe una retribución económica. Requiere de un compromiso muy importante y de una implicación temporal con el proyecto, hasta que no se termina no puedes volver. Se trata de unas condiciones muy distintas a las del voluntariado.
El voluntariado por su parte, debe cumplir una máxima: no le tiene que costar dinero a quien lo desempeña. Es la entidad la que tiene que hacerse cargo de los gastos que se deriven de la actividad. Y por supuesto, la acción voluntaria se constituye al margen de la vida laboral, al contrario de lo que sucede con la cooperación internacional.
En 2018 se hizo un primer acercamiento entre las entidades de voluntariado portuguesas y españolas, ¿cuáles son las líneas de trabajo en este sentido?
Somos dos países diferentes pero tenemos muchas cosas que nos acercan. Tenemos las mismas preocupaciones y el compromiso con las comunidades en estado de desigualdad es el mismo. Es por ello que creemos que debemos acercarnos y sumar nuestras fuerzas. Como decías ya nos reunimos hace unos meses representantes de la PVE y la Confederación De hecho ya ha habido una primera reunión entre la Plataforma del Voluntariado de España y la Confederación Portuguesa de Voluntariado para conocernos y centrar unos objetivos. El trabajo en equipo siempre aporta más por lo que creemos que esta alianza puede ser muy positiva a nivel europeo.
Y en el resto de Europa, ¿qué incidencia de voluntariado hay?
Hay dos perfiles diferenciados, en los países del norte la participación voluntaria es muy alta, pero no existe legislación que lo regule. En el sur, países como Italia, España, Francia o Portugal, sí tenemos leyes pero disponemos de un número menor de personas voluntarias. En este sentido desde el CEV trabajamos por sumar a la ciudadanía a la actividad, no estamos centrados en sacar adelante reglamentos sobre voluntariado donde no los hay, sino que queremos aumentar las cifras de participación.
¿Existen cifras de cuántas personas hacen voluntariado en la Unión Europea?
Son muchos millones pero no existen números exactos por lo que venimos hablando, hay mucha diversidad de concepción y tratamiento del voluntariado. Hay encuestas individuales por países pero la metodología de los estudios es diversa por lo que no podemos hacer una suma exacta de cuántas personas voluntarias hay.
El CEV cuenta con 60 entidades miembro de toda la Unión que supone muchos millones de personas que hacen voluntariado. Si lo traducimos en términos económicos su acción tiene un impacto muy importante. Por poner en ejemplo, mi asociación Scout católicos de Portugal ha realizado un estudio en el que se concluye que el valor económico del trabajo voluntario de sus 14.000 voluntarios supone 48 millones de euros. Si conociéramos el valor total a nivel europeo, nos daríamos cuenta de la verdadera incidencia del voluntariado internacional.
Ya para terminar, João. Has viajado a Madrid para trabajar en el nacimiento de EVA-VOL, ¿en qué consiste?
EVA-VOL es un proyecto relacionado con la validación de las competencias adquiridas en el voluntariado. Se trata de un campo que está siendo muy trabajado en estos momentos en la Unión Europea. La particularidad de EVA-VOL es que pretende validar estas competencias durante la etapa educativa, que se trabaje casi como una asignatura universitaria más. El objetivo final es que este reconocimiento sea visto no solo por los centros educativos, también por las empresas que buscan empleados.