Javier Álvarez Souto, presidente de la Asociación Provincial de Mayores y Pensionistas de Madrid

“Cuando haces voluntariado aprendes a cambiar tu entorno para que vaya a mejor”

Según el último estudio realizado por el Barómetro de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España, UDP, la pandemia ha afectado de lleno a la participación social de este colectivo. La brecha digital y el acceso mínimo a las nuevas tecnologías han sido los motivos principales del descenso y, por ende, estas dificultades han hecho mella en el grado de implicación y participación en las organizaciones sin ánimo de lucro y en sus relaciones con otros colectivos.

Pero a pesar de las restricciones por la pandemia, son muchas personas mayores las que siguen colaborando con alguna causa. Inevitablemente, cuando pensamos en tareas voluntarias con distintos colectivos en un primer momento se nos viene a la cabeza que lo hace una persona joven. Nada más lejos de la realidad: hay un gran porcentaje de pensionistas que también hacen voluntariado.

 En Entrevistas, PVE
Por Tatiana Ojeda Bermúdez

La solidaridad es un sentimiento que surge en cualquier momento de la vida, aunque en la mayoría de los casos ya existe antes de la jubilación,  y dejar de trabajar es simplemente un factor que aporta más tiempo para seguir colaborando con alguna causa. Así nos lo explica Javier Álvarez, presidente de la UDP Madrid.

Javier es sociólogo de profesión y, en su caso particular, parece que aún después de jubilarse no ha dejado de trabajar. Si la asociación ya le ocupaba tiempo de por sí, cuando empezó la pandemia decidió implicarse mucho más. Para él, junto al coronavirus llegaron también nuevos retos: coordinar una agrupación de personas mayores sin la posibilidad de  hacer actividades presenciales. Sin embargo, esas dificultades no han sido un impedimento para que las iniciativas salieran adelante.

¿Cómo ha llevado el confinamiento? ¿Ha sido difícil coordinar la asociación en remoto?

Para mí como para el resto, supongo, el confinamiento ha tenido aspectos positivos y aspectos más complejos. En lo positivo, mis hijos volvieron de Londres y estuvimos todos juntos en casa, eso me trajo mucha felicidad. En lo complejo, nosotros empezamos a dirigir la asociación poco antes de empezar la pandemia, así que hemos desarrollado casi todas las actividades de forma telemática. Hay que tener en cuenta que en la asociación la población es envejecida y con esto tuvimos que establecer un sistema de llamadas telefónicas para contactar a las socias y socios. En Whatsapp no están ni la mitad, incluso en algún caso mandamos las notificaciones por correo postal.

¿Cómo ha sido esa adaptación de las personas mayores a las nuevas tecnologías?

Es una dinámica continua. No es que te adaptes a la tecnología, te adaptas al hecho de que las cosas cambian día a día: es adaptarse al hecho del cambio. Por ejemplo, todo lo que hemos vivido con la pandemia antes nos hubiera parecido una película de ciencia ficción. Nos ha ocurrido y nos hemos tenido que adaptar, muy bien de hecho. Yo creo que ocurre lo mismo con los avances tecnológicos. Es muy positiva la reacción que hemos tenido.

Háblenos del estudio de participación de personas mayores que ha realizado UDP durante 2020

Hemos hecho el Barómetro del mayor, una encuesta dirigida a población mayor de 65 años. Según los datos, la participación de personas mayores en acciones sociales se ha reducido un 30% durante 2020 y solamente un 20% de sigue participando en este tipo de iniciativas solidarias. En 2013 era casi un 50%. Por eso hemos llegado a la conclusión de que la pandemia ha afectado notablemente en la ayuda de las personas mayores a los demás.

¿Qué es lo que motiva a las personas mayores a ser voluntarias?

Una persona mayor que hace voluntariado es porque lo ha hecho toda su vida. Solo que, cuando te jubilas, tienes más tiempo. No es que la jubilación acreciente la participación. Por ejemplo, la generación que está llegando ahora a las edades de jubilación, por el motivo que sea, ha participado más en labores de voluntariado.

En su caso, ¿Qué tipo de voluntariado ha realizado a lo largo de su vida?

Participé en la preparación de la primera Ley de voluntariado en los años 90. Yo ayudé en el diseño de los programas de esa nueva ley y, en este caso, lo hice como actividad profesional. En aquel momento también participaba en organizaciones sociales y culturales para ayudas a la vivienda y para la gente sin hogar. Por otro lado, en UDP he participado, además de en labores organizativas, impartiendo formación y haciendo acompañamiento a personas en sus domicilios .

¿Qué le han aportado esas experiencias?; ¿Le han hecho cambiar en algún aspecto?

El voluntariado es algo que he hecho toda mi vida. Forma parte de mi rutina y dejar de hacerlo me fastidiaría mucho. Para mí es algo cotidiano que me gusta hacer y que se ha convertido en algo indispensable. Por ejemplo, durante la pandemia he dedicado mucho tiempo y esfuerzo con la UDP a analizar y denunciar todo lo que ha pasado con las residencias, en los centros de salud y en la atención a los mayores en general. ¿Qué ha supuesto el voluntariado para mí?, lo que supondría algo sería dejar de hacerlo.

Dice que ha realizado voluntariado prácticamente toda su vida. Por lo tanto, ¿Recomendaría realizar acciones voluntarias?

Por supuesto que lo recomiendo. Las personas no podemos inhibirnos frente a la responsabilidad que tenemos hacia lo que nos rodea. Si tu entiendes que se están produciendo injusticias, que hay personas marginadas en el ascenso a servicios o beneficios necesarios y esenciales, te tienes que enfrentar y facilitárselo. ¿Cuál es la ventaja de todo esto? Que si tu eres una persona que participa y que se implica también serás una persona con argumentos para avanzar en la sociedad en la que vives. Así también animas a las administraciones a que piensen en eso que llamamos justicia social. Lo que no puedes hacer es exigir y después lavarte las manos como si no tuvieras ningún tipo de responsabilidad hacia lo que ves. El voluntariado es una forma de vivir y supone la gran diferencia de cómo te percibes a ti mismo.

Es sociólogo de profesión, ¿Cómo cree que va a afectar la pandemia a las personas mayores? Al fin y al cabo son las que se han sentido más vulnerables durante este tiempo…

Hay que tener en cuenta que para una persona joven que puede decir “me quedan 50 o 60 años de vida”, un par de años confinados es como un parche. Para las personas mayores, con la esperanza de vida que hay ahora mismo, piensas que te has pasado una parte de lo que te queda confinado. ¿Cómo nos puede afectar? En darnos una mayor conciencia de la importancia que tienen las pequeñas cosas. Cuando te haces mayor empiezas a pensar “si hubiera sabido esto cuando tenía 20 o 25 años…”. El envejecimiento  te da conocimiento, y el conocimiento te da la conciencia de que te queda menos tiempo. Para nosotros el futuro es el presente, el aquí y ahora y tenemos que disfrutar de ese aquí y ahora. No podemos relegar las cosas para mañana. El Covid te hace ver la vida de esa forma, la necesidad de ser responsables, de aprovechar del momento que tenemos. Disfrutar de ese momento.

Es una sabia reflexión, Javier. Si hay algún consejo más que quiera añadir o transmitir a nuestros lectores…

Sí. Me gustaría incidir en animar a la gente a que participen en voluntariados. Se puede hacer de muchísimas formas, hay muchas organizaciones constituidas y gente consciente de los problemas que les rodean y quieren solucionarlos. En ese sentido es fundamental. En el momento en el que estás ayudando te das cuenta de que el primer beneficiado eres tú. Te haces sujeto activo, no eres una persona pasiva y aprendes a cómo cambiar las cosas de tu entorno para que vayan mejor. Esa es la dirección.

 

 

 

 

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