“Bailando se puede luchar por el feminismo”

Marina Santo lleva desde pequeña alimentando la sabiduría corporal a través del baile y el movimiento. Desde ahí, ha ayudado a muchísimas personas, especialmente mujeres, a encontrarse a sí mismas y su lugar en la sociedad. Marina sostiene que la mayor lección se la han dado sus alumnas trans, racializadas o que ejercen la prostitución. Y con los años, ha conseguido una fiel radiografía de la juventud, el feminismo y la sociedad en general.  Aquí nos lo cuenta…

 En Entrevistas, PVE
Por Javier Aymat

La presencia de Marina, su sonrisa y su vitalidad ocupa toda la atmósfera en cuanto aparece.  Y lo curioso cuando empieza a hablar ocurre lo contrario; sus palabras se convierten en algo corpóreo, en lo que ella misma llama “voz encarnada”…

¿De qué manera trabajas con el cuerpo de las personas para ayudarlas a integrarse socialmente?
No hay forma de contactar contigo ni de transformación si no contactas con lo que eres. Y lo que eres es cuerpo. Asociar el trabajo corporal con lo artístico es un proceso democrático que para el sistema puede ser peligroso porque, una vez que contactas con tu potencial, con tus habilidades y tu mundo interno encarnado, ocurren cambios en tu cosmovisión de vida, en tu forma de relacionarte, en tus gustos, en tus opciones sexuales, políticas…

¿También sirve entonces para integrarte a la vez en ti misma?
Es imposible hacer algo si no te conectas a tu propia experiencia. Mi camino sobre conocimiento personal, mi visión sobre feminismo, sobre ser mujer racializada en Europa…

Estando en Madrid empecé a profundizar en la danza contemporánea, en la danza-teatro… era algo muy distinto a lo que hacía de niña donde me dedicaba al ballet, jazz…

Entonces estas herramientas, estos conocimientos debo ponerlos al servicio de la comunidad. Y conectando con mi espíritu de mujer inmediatamente conecté con la idea de hacer trabajos con mujeres.[bctt tweet=”‘Yo no enseño nada a nadie, lo que hago más bien es intercambiar monedas. Cosas que pruebo, cosas que me enseñan, cosas que estoy estudiando… Sus cuerpos son como nuevas preguntas'” username=”pvoluntariado”]Por otra parte, me es imposible hablar de cambios sin hablar de interseccionalidad. Y por eso  surge el trabajar con mujeres víctimas de violencia de género, mujeres gitanas… porque es trabajar con otros tipos de cuerpos es fascinante.

Entonces ¿surge como una especie de diálogo con las personas a través de los cuerpos y el baile?
Sí, pero sabiendo muy bien cuál es el lugar que ocupo en este juego. [bctt tweet=”‘Para mí no hay verdad absoluta excepto una; no hay posibilidad de cambio sin el cuerpo porque es el lugar donde existimos'” username=”pvoluntariado”]Y creo que cada vez más personas se dan cuenta de eso. Las primeras veces que vine a España en los certámenes coreográficos había seis gatos y sus abuelas (risas) y ahora está petado. Eso sí, todavía me sorprende la poca cantidad de hombres que no se apuntan a ese tipo de actividades.

¿Y qué conclusiones sacas trabajando el cuerpo y la danza con la juventud?
Por un lado, es una juventud que cuenta con una libertad gigante a través de internet y las Redes Sociales. Y también una libertad física a través del reggaeton que ni nuestras madres, ni siquiera nosotras mismas hemos experimentado.

Pero, por otro lado, es una juventud muy conservadora porque se trata de algo que está encasillado, que  pertenece a un mainstream, que tiene un código de barras. Pero para ver eso tienes que salirte de esa valla y entonces te das cuenta del riesgo de la transgresión.[bctt tweet=”‘Lo realmente bueno sería que todos estuviéramos metidos en nuestro propio viaje corporal porque eso no tiene fin. Yo soy en gerundio, estoy en proceso. Es un viaje continuo'” username=”pvoluntariado”]

Entonces ¿la libertad corporal no es una cuestión de edad?
Me llama mucho la atención que, bailando, las mujeres más libres son las más mayores. Siempre suelo poner el caso de Fuenlabrada, donde las mujeres me conectan con la propia historia del país.

Son mujeres que, por circunstancias de la vida, no han podido acceder a este trabajo corporal o artístico y ahora son viudas o están separadas o los hijos son ya mayores, y entonces descubren el momento en  que no hay ningún tipo de limitación. Y quieren probar y tienen una enorme entrega.

De esta forma, desmitifican esa educación tipo “cierra las piernas, no te eches en el suelo…”. Y entonces se echan en el suelo y abren las piernas y descubren lo que ocurre en las ingles o qué pasa en la relación talones-isquiones.

Se trata de un lenguaje contemporáneo inclusivo. [bctt tweet=”‘Donde llegues siempre puedes contar con la dignidad y la poesía. Y a ver qué puedes hacer con eso porque con ambas puedes provocar un eslabón chispeante'” username=”pvoluntariado”]

¿Cómo fue la experiencia con mujeres trans y mujeres que ejercen la prostitución en el Espacio de Igualdad Hermanas Mirabal?
 Fue experiencia muy conmovedora y que me agitó mucho. Me movió de arriba abajo porque claro yo trabajo desde el placer y desde la libertad. Y las prostitutas tienen el placer al servicio de un precio bajo, de una esclavitud…
Así que la primera vez que nombré la palabra “placer” sentí que podía cortar el aire con un cuchillo. [bctt tweet=”‘Cuando viene una mujer de toda la noche trabajando ¿de qué placer puedes hablar?  Eso me hizo darme cuenta de los privilegios que tenemos'” username=”pvoluntariado”] Entonces es cuando me planteo que en dos o tres horas esta mujer con esta historia, con este cuerpo, pueda disfrutar de lo que le ofrezco sin frivolizar, siempre desde el respeto. El caso es que sentí mucha diferencia en los cuerpos de estas mujeres entre cuando entraron y cuando salieron. También sentí y me nutrí de lo específico de los cuerpos trans en relación al cuerpo de mujeres. Es un trabajo infinito y muy necesario.

Al no poder mover el cuerpo desde el placer ¿hacia dónde se dirige?
Depende más bien del enfoque del placer. ¿El placer para quién? ¿Al servicio de quién? Se trata de dejar de asociarse a un sistema de esclavitud. El colectivo de las mujeres ya es un trabajo invisibilizado, imagínate el de las mujeres prostitutas. Es muy complicado pero es fundamental trabajar con sus cuerpos.

¿Qué otras experiencias has tenido de voluntariado?
Por ejemplo en el Matadero de Madrid, en el espacio Afrofeminista con las compañeras racializadas. Fue muy potente porque estamos hablando de cuerpos que viven la violencia en el ADN, una violencia perversa porque depende de si tienes la piel más clara o más oscura.

Esa sesión me sirvió para conectar con mi ancestralidad y poder ofrecer por mi parte algo bueno para mi propia comunidad. Yo me considero del mundo, por supuesto, pero si pienso en mi comunidad y trabajar en esas cuerpas, y esos cuerpes porque había de género trans, en disidentes sexuales, me reactualiza mi historia y mis preguntas acerca del cuerpo.

Fue guay y es una experiencia que voy a volver a repetir en noviembre  el 16 de noviembre y voy a dar una sesión en el Matadero más o menos de una hora y media. Creo que también habrá hombres además.

Dices que el baile, trabajar con el cuerpo, puede servir para la integración. ¿El baile puede servir para luchar a favor del feminismo?
Sin duda, es un arma muy potente, bailando se puede perfectamente luchar por el feminismo. Es un arma desde el momento en que tomamos conciencia de lo que somos. Ahí se despliega un abanico infinito de  preguntas, de elaboraciones, de reflexiones que tienen que ver con un entendimiento de una misma.

El trabajo que yo voy haciendo con respecto a la afrodescendencia y al feminismo no hegemónico es bastante reciente y tiene que ver con la experiencia en el Matadero. [bctt tweet=”‘En el festival Afroconciencia, tuve la oportunidad de escuchar a  Antoinette Torres, fundadora de Afroféminas, hablando de feminisimos negros y fue un shock total'” username=”pvoluntariado”] Para entonces para mí el feminismo era todo… Pero de repente me di cuenta de que ese todo era un feminismo de mujeres solo blancas me daba mucho que pensar.

Por eso colaboro también en el espacio Entredós donde llevo el evento “Muchas” de forma voluntaria que nace de este despliegue de nuevas preguntas, de entenderme y de ver qué pasa con esos cuerpos.

[bctt tweet=”‘Incluso para mí la palabra también es cuerpo, pensamiento, es cuerpo encarnado en voz'” username=”pvoluntariado”]

¿Me puedes hablar algo más de ese concepto de feminismo hegemónico?
Las sufragistas luchaban por el voto y eso estaba perfecto. Pero mis ancestras luchaban por ser personas. Ahí hay desfase innegable.

Necesitamos una alianza todas las feministas, que las que tengamos privilegios den la mano a las que no los tienen porque si no, va a ser difícil. Es muy complejo porque yo. por mi piel y por mi acento, puede que no tenga privilegios pero sí los tengo por mi formación y por la clase de la que vengo.

Pero al final ocurre algo muy sintomático… [bctt tweet=”‘Si tengo una discusión en la calle, el sistema no deja de decirme que yo soy la diferente y que si no estoy contenta me vuelva a mi puto país'” username=”pvoluntariado”]

¿Crees que ese es un resorte demasiado habitual en nuestra sociedad?
Desde luego. Es como lo que ocurrió con el niño Gabriel que fue asesinado. El hecho de que la asesina fuera dominicana permitió que muchos reafirmaran todos esos prejuicios contra los migrantes. Lo cual es muy curioso porque nunca se diría, por ejemplo, “ha sido una asturiana de mierda”.

Eso también se podría combatir trabajando desde el cuerpo y el contacto. Siempre me acordaré de una vez, dentro de un taller corporal en los que yo trabajé, de un hombre negro que decía que estaba alucinado porque nunca había tocado los huesos de un hombre blanco y, de repente, ¡le parecían como los suyos! Tenía cuarenta años y nunca había abrazado a alguien con suficiente vehemencia para sentir sus huesos.

Dices que el baile es un proceso democrático…
Sí, por eso defiendo tanto la investigación del movimiento porque todos podemos, no hace falta tener una capacidad física determinada. Entonces ahí ya partimos todos del mismo punto. Tu experiencia puede que asimiles los conceptos con más capas de percepción pero las pautas son iguales para todas y todos y eso nos pone en un lugar de libertad.

¿Crees que de alguna manera enderezar el mundo y su trayectoria pasa por integrar el feminismo?
No existe cambio posible sin la integración de conceptos feministas. Es el patriarcado el que nutre las guerras, el que genera el racismo… Para mí el sistema tiene género y tiene color y tiene una cantidad de dinero determinada. Ese es el patriarcado que, además, está jodiendo el planeta. [bctt tweet=”‘En el 15-M, me  impresionó mucho el cartel que ponía “La revolución será feminista o no será”. Pero incluso colgar ese mensaje no fue un camino nada fácil y dentro del propio movimiento había dudas'” username=”pvoluntariado”]Es un patriarcado estructural. Está en todo. Por eso VOX no da tanto miedo como debería. Porque es negar lo que hay. Estoy de acuerdo en que yo quiero un trabajo por lo que valgo no sólo por ser mujer. Pero la realidad es que hay mujeres que parten de circunstancias muy complicadas y, hasta que la sociedad esté bien equilibrada, necesitan un empuje.

¿Con qué cambios personales crees que se puede cambiar el mundo?
Escucha sincera de las personas de ti mismo y de las personas que estén en tu entorno. Y no creas que eso es fácil. Y puede venir por una escucha de muchos sentidos y en eso incluyo la escucha a través del trabajo corporal. El cuerpo lo manifiesta todo, su memoria, sus emociones… [bctt tweet=”‘La escucha sincera tiene relación con todo, con tu trabajo, tu formación,  tu sexualidad, con cómo tratas a tu familia o cómo respondes a alguien en la calle'” username=”pvoluntariado”]

 

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