Las cifras de pobreza y exclusión social han experimentado una mejoría respecto a 2021, según el primer Avance de Resultados del Informe Anual ‘El Estado de la Pobreza’ de la Red de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES). Se cree que puede deberse al colchón de medidas sociales adoptadas y reforzadas frente a la pandemia de Covid-19, a los efectos de la crisis energética y la guerra de Ucrania. Sin embargo, aun es alarmante reconocer que 12,3 millones de personas en España se encuentran en situación de pobreza y/o exclusión social.
En este sentido, han descendido todos los indicadores de pobreza, entre ellos la pobreza relativa, la carencia material y social severa y la baja intensidad en el empleo. En este último caso, la reducción ha sido notable, con 1,1 millones de personas que ya no viven en hogares con baja intensidad de empleo. Este punto es el único indicador que mantiene la evolución necesaria para cumplir con los criterios de la Agenda 2030.
La tasa AROPE (personas en situación de pobreza y/o exclusión social) se ha reducido del 27,8% al 26%, lo que se traduce en 840.000 personas menos en 2022. Respecto al riesgo de pobreza, también ha descendido la población en esta situación, pasando del 21,7 % al 20,4%, 609.000 personas menos, recuperándose el deterioro causado en las dos crisis anteriores.Sin embargo, a pesar de esta mejora, alrededor de 9.676.000 personas viven en pobreza, con ingresos inferiores a 10.088 € anuales por unidad de consumo (841 € al mes).
Respecto a la mejora de los indicadores, es especialmente relevante en algunos sectores de la población, como es el caso de las familias monoparentales, la mayoría monomarentales: el riesgo de pobreza y/o exclusión social se reduce del 54,3 % al 49,2 %, aunque sigue siendouna cifra muy preocupante que exige estrategias específicas y urgentes. La misma tendencia positiva se aprecia en el caso de las personas trabajadoras en situación de pobreza y de las personas paradas.
Por edades, el riesgo de pobreza desciende en todas las franjas de edad, menos en mayores de 65 años, que sube 1,2 puntos hasta los 18,7 puntos. Esta subida tiene que ver, entre otros factores, con el aumento del umbral de pobreza por la subida de ingresos medios. Respecto a la pobreza infantil, 119.000 niños, niñas y adolescentes (NNA, menores de 18 años) han salido del riesgo de pobreza. Sin embargo, aún tenemos una cifra tan elevada como preocupante: 2,2 millones de NNA siguen en esta situación.
En la diferencia por sexos, para la mayoría de los años analizados anteriormente, las tasas de pobreza son más elevadas entre las mujeres. En 2022, la reducción fue ligeramente inferior entre las mujeres, por lo que no se produjo una reducción de la brecha de género. La pobreza sigue teniendo rostro de mujer en nuestro país.
Según los datos del Avance, algunos indicadores -riesgo de pobreza y desigualdad- mejoran hasta devolvernos a valores registrados en 2009, previos a la crisis económica y a las políticas de austeridad, muy diferentes a las impulsadas frente a la pandemia y la guerra en Ucrania. Una prueba de que, frente a las situaciones de crisis, la salida debe hacerse por la vía de la garantía de derechos.
Desde EAPN-ES valoran positivamente estos datos, ya que muestran una mejora sustancial en la situación de miles de familias. Sin embargo, lejos de ser triunfalistas, recuerdan: “Seguimos teniendo un problema muy serio de pobreza en nuestro país”, como ha señalado Carlos Susías, presidente de EAPN-ES y EAPN Europa.
Efectos de la inflación y de la crisis energética
El dato que más empeoró en 2022 respecto al año anterior fue el referido a la pobreza energética de los hogares: un 17,1% no pueden permitirse mantener su vivienda con una temperatura adecuada, frente al 14,3% de 2021 y 10,9% en 2020.
Además, también se incrementa al 5,4 % (0,7 puntos más que el año pasado) el número de personas que no pudieron permitirse una comida con carne, pollo o pescado cada dos días y al 33,5 % aquellos que no pudieron irse de vacaciones al menos una semana al año (+0,8). Por otra parte, se registra un incremento de las personas que llegan con dificultad a fin de mes: del 44,9 % que declaraba algún tipo de dificultad en 2021 se asciende al 47,8 %, lo que supone cerca de 1,4 millones de personas más y llegar, casi, a la mitad de la población española.
“Estas cifras están seguramente asociadas a la subida de la inflación y de los precios de la energía y de la vivienda”, asegura el presidente de EAPN-ES. Para Susías, las mejoras en los indicadores se deben “al escudo social y a otras medidas de protección y de mejora laboral”, lo que demuestra “la necesaria extensión de políticas de protección como el ingreso mínimo vital y el aumento de los salarios”.