«Para hacer voluntariado en prisiones tienes que vencer algunas resistencias»

Por María Navas

Esta entrevista tenía como propósito hablar del voluntariado en la cárcel. De la labor que realiza, por ejemplo, la Asociación Punto Omega, que pinta de esperanza la vida entre rejas. Su labor: atender a drogodependientes reclusos, motivarles a seguir tratamientos una vez estén libres de los barrotes.

El encuentro con Juan Carlos se produce a raíz de un festival en la cárcel que organizó la red UNAD con primeras figuras del rap, como Frank-T; Dano o DJ Zeta. La entrevista pretendía visibilizar la tarea voluntaria, evitar los miedos, cercar estigmas… Días después, es noticia el ataque de un interno a un funcionario de Navalcarnero. Quizá no sea tan fácil vencer prejuicios en unos de los ámbitos donde más necesaria es la solidaridad. El asunto merece una reflexión.

¿Cómo acaba un psicólogo de “carcelero”?

Bueno, el término “carcelero” no me gusta porque parece que lo que haces es encerrar aquí a la gente sin más. Nosotros hacemos una labor social. Lo que nos pide la sociedad es que hospedemos aquí a los presos. Se trata de un acuerdo entre todos; en otros países se nos conoce como trabajadores sociales, lo de “carceleros” no me gusta.

Pues obviemos la palabra, ¿se podía imaginar cuando era estudiante de psicología que acabaría dirigiendo una prisión?

No es tan raro. Psicología es lo que haces básicamente en una cárcel. De hecho, la prisión es un ámbito muy amplio para un psicólogo. Yo hago esa labor pero, además establezco una dinámica para que las personas que trabajan aquí puedan desarrollar su tarea de  manera correcta. El papel de director es ese. Está en la torre de transmisión para que todos los equipos puedan trabajar de manera profesional.

Hay prisiones que incorporan programas de voluntariado especialmente efectivos, ¿cómo es el de Navalcarnero?

El voluntariado en las prisiones ha estado vinculado, desde el principio de los tiempos, a lo religioso y, poco a poco, ha ido evolucionando. Ahora en la prisión de Navalcarnero tenemos ciento veinte voluntarios que todas las semanas vienen para hacer alguna actividad. Como profesionales tenemos un campo de actuación que se complementa con la actividad del voluntariado.

¿Y cómo son esos programas? ¿Qué tipo de actividades se realizan?

Yo distingo entre dos tipos de voluntariado: uno en donde tú haces una actividad pero si dejas de hacerla, puede ocuparse otra persona. Por ejemplo, acompañar a alguien a misa, realizar una actividad cultural, de enseñanza, de apoyo a la lectura… Das tu parcela de tiempo a la sociedad y entiendes que es una labor necesaria, así que vienes a prisión y los presos te regalan la mejor de sus dedicaciones, porque les das tu tiempo.

¿Y el otro tipo de voluntariado?

El otro es más profesional. Vienes aquí porque, por ejemplo, desarrollas un programa de tratamiento vinculado con enfermos mentales y drogodependencias. Ello requiere que tu implicación sea mayor y continua. ¿Qué papel hacen las ONG? Básicamente, el papel fundamental es la conexión con el exterior. Nosotros tenemos una limitación que es la intervención dentro de los muros. No tenemos ninguna competencia con respecto al exterior. No podemos ni debemos intervenir en la calle. Esta conexión con el exterior la hacen fenomenal las ONG.

 ¿Algún programa de voluntariado del que esté especialmente satisfecho?

El programa de drogas. Según las estadísticas, el 78% de los presos han teniendo alguna relación con las drogas, por lo tanto, este programa en la prisión es básico, fundamental. Contar con una organización como Punto Omega, que colabora con nosotros para llevar a cabo un trabajo interdisciplinar, en colaboración con todos los profesionales del centro, el hecho de que nos entendamos bien es una suerte. Somos afortunados.

¿Hay suficiente visibilidad social respecto a la situación de las prisiones en España?

La información sobre las prisiones se gestiona a través del Gabinete de Prensa de Instituciones Penitenciarias. Cuando un periodista quiere venir y hacer una entrevista o un reportaje sobre alguna actividad pues se dirige allí.

Lo digo porque parece que sólo nos acordamos de las cárceles cuando se abren determinado debates, como la prisión permanente revisable o cuando ingresan determinadas figuras célebres ¿No cree que se habla poco del tema?

Es evidente que las prisiones tienen que estar en los medios de comunicación en estos momentos. Luego, hay ocasiones en las que se pueden contar otras cosas. Esa pregunta es mejor que te la respondan desde el gabinete de prensa.

Entiendo. Y puede contarnos qué clima hay en la cárcel respeto a esas celebrities que están en prisión, ¿cómo les sienta a los presos la llegada de estos VIP?

Los medios de comunicación sacan noticias sobre gente conocida por sus actividades políticas o sociales, pero lo cierto es que son una pequeña parte de la población penitenciaria. Pueden representar tres internos por prisión y no están en todas. La realidad dentro de los muros es que aquí cada uno tiene ya bastante con su problema, como para preocuparse de los de los demás.

La mayoría de estos presos están integrados en las actividades comunes, como los demás.

¿Realmente es así? Parece que gozan de más privilegios

Aquí todos los internos tienen el mismo régimen, da igual por lo que han venido. Con la condena ya se estableció la pena. No podemos volver a condenar a una persona, ni a favor, ni en contra. Tenemos que asegurar que todos que los que están cumplan con las condiciones establecidas.

¿Quiere decir que no hay presos de primera y de segunda clase?

Pues lo que puedo decirle es que llevo muchísimos años en prisión y nunca los he visto.

Vale. Me decía que el 78% de la población reclusa en este país han tenido alguna relación con las drogas. En el caso de la salud mental, ¿cuál es la situación?

Pues esa es una de las cuestiones que más nos preocupa porque el 25% de los internos tienen alguna enfermedad mental grave. Aquí lo que hacemos es intentar que estén estabilizados. Se les incluye en un programa para intentar que la estancia sea lo más razonable en cuanto a su estado mental, toman medicaciones, hacen actividades, hay seguimiento con sus familiares.

Una trabajadora social comentaba por los pasillos que la gente sale de Madrid IV mejor de lo que entró, ¿es así?

La historia de cada uno es la historia de cada uno, como todo en la vida. En lo que se refiere a drogodependencias, en muchísimos casos es así. Hay quien entra super enganchado a las drogas y cuando sale de aquí está en mejores condiciones. En otros casos, no es así. Si no quieres cambiar, aquí no tenemos una máquina para cambiar a nadie en contra de su voluntad.

El voluntariado en las cárceles no goza de mucha popularidad

La prisión no es un lugar atractivo. Digamos que para hacer voluntariado aquí tienes que vencer algunas resistencias, como evitar pensar en las personas que han cometido delitos o la idea de ir a trabajar con personas peligrosas.

¿Y son realmente peligrosos?

Hay de todo. Hay gente peligrosa, pero aquí la convivencia es bastante normal con respecto a cualquier otro ámbito. Tenemos gente peligrosa y por eso existen grandes medidas de seguridad. Por eso invertimos mucho dinero en seguridad. A esa gente peligrosa también hay que hacerle un seguimiento y controlarles para que sepan que no pueden campar a sus anchas. Hay otro porcentaje de presos que sólo requieren retención. Son muchísimas personas, cada una con su historia y su historia les ha traído aquí. Aquí empieza otro camino, un camino de cambio… o no.  

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