Nueva campaña de vacunación contra el cáncer de cervix

 En Archivo, PVE

El virus del papiloma humano (HPV) es el virus transmitido sexualmente más común en los Estados Unidos. Por lo menos un 70 por ciento de las personas sexualmente activas estarán infectadas con el HPV genital durante algún periodo de sus vidas. El HPV infecta tanto a hombres como a mujeres.

Toda persona que en alguna ocasión ha tenido contacto genital con otra persona infectada con HPV puede contraer la infección y puede transmitirla a otra persona. Debido a que el virus puede ser “silencioso” durante muchos años, una persona puede tener HPV genital aún si han transcurrido varios años desde que él o ella tuviera relaciones sexuales.

El HPV puede desencadenar una infección que conduzca al cáncer cervical. La mayoría de las infecciones con HPV de alto riesgo se curan por su propia cuenta. Algunas infecciones persisten sin causar algún cambio celular anormal adicional. Sin embargo, unas cuantas infecciones causadas por HPV de alto riesgo terminan activando al cáncer cervical al paso de muchos años.

La vacunación protege a una persona de la infección futura por los tipos de alto riesgo de HPV que pueden conducir al cáncer. No es una vacuna contra el cáncer en sí mismo. Una persona recibe una serie de tres vacunas durante un periodo de 6 meses. Los profesionales de atención médica inyectan estas partículas similares a los virus en el tejido muscular. Una vez dentro de la persona, estas partículas activan una respuesta inmune fuerte, de tal manera que el cuerpo de la persona vacunada elabora y acumula anticuerpos que pueden reconocer y atacar a la proteína L1 en la superficie de los virus HPV.

Después de la vacunación, las células inmunes de la persona están preparadas para combatir la infección futura por los virus HPV de alto riesgo. Si una exposición ocurre, los anticuerpos de la persona vacunada en contra de la proteína L1 recubren al virus y evitan que libere su material genético.

Después de la vacunación, una mujer aún debe realizarse las pruebas de Papanicolaou de rutina u otra prueba aprobada de detección del cáncer cervical. Aunque la vacuna contra el HPV previene la infección por los tipos dominantes de HPV, los cuales son responsables de un 70 por ciento de los casos de cáncer cervical, no previene la infección por la mayoría de los otros tipos que también pueden causar cáncer cervical. Una prueba de Papanicolaou puede detectar el crecimiento cervical anormal sin importar cuál tipo de HPV fue la causa de que se desarrollara.

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