Están entre nosotros
No son extraterrestres, pero sí distintos a otros muchos seres humanos. Visten igual, comen igual, hablan igual, pero tienen una diferencia notable: El corazón lo tienen más grande de lo normal. Incluso a algunos no les cabe dentro del pecho… y están entre nosotros…
Son esos seres que dedican parte de su tiempo a hacer más llevadera una larga enfermedad terminal. Son personas que hacen que la soledad de las personas ancianas se olvide por un momento mientras pasean con ellas, les leen un libro o les acompañan a resolver cuestiones burocráticas que a estas personas de edad les desbordan. Son hombres y mujeres que creen en la justicia social, que saben comprender lo que es vivir sin un techo sobre la cabeza, sin un trozo de pan en la mesa y sin el respeto a su dignidad como ciudadanos y ciudadanas.
En definitiva, son los Voluntarios y Voluntarias, que empatizan con las personas que están socialmente más desfavorecidas y que simpatizan con quienes a diario tratan como usuarias. Por su nombre, conociendo a sus familias, sabiendo de sus circunstancias personales. Trabajando con ellas con Calidad, pero también con Calidez, a través de las ONG que agrupamos a lo “mejorcito” de la sociedad civil, es decir a la más solidaria y altruista.
El hacer voluntariado a través del asociacionismo, dando fuerza a la ciudadanía para que participe en la toma de decisiones y para que intervengan directamente en la resolución de los conflictos personales y sociales, es uno de los sellos distintivos de un Voluntariado, a cuyo carro se quieren subir muchos sin serlo.
El Voluntariado significa fuerza, que sólo te la puede dar una organización sin ánimo de lucro, involucrada hasta las cejas en la mejora de las condiciones de vida de todos los seres humanos en equidad e igualdad. El voluntariado significa espontaneidad, es decir que una persona decida libremente que quiere hacerlo, no porque el jefe de la empresa se lo “recomiende” o porque papá y mamá te lo impongan porque ellos lo hacen.
El voluntariado significa compromiso con la organización y las personas a las que atiendes con un tiempo y una dedicación que tú decides, pero el compromiso va desde la denuncia de las injusticias sociales a la atención personal. El compromiso se extiende más allá de poner parches o tiritas, para alcanzar la transformación social.
Todas las ONG deberíamos nacer con fecha de caducidad porque eso significaría que la mala situación de los colectivos que atendemos estaría solucionada. Por desgracia no es así, y por desgracia también los poderes públicos no pueden atender todas las necesidades. Por eso, y por reunir a la población en objetivos comunes, las asociaciones somos necesarias. Y lo que menos nos beneficia son “competencias desleales” que con objetivos poco claros, que van desde el marketing a bajo precio a la suplencia de puestos de trabajo, desvirtúan al movimiento voluntario.
En estas fechas, la ciudadanía tiene una oportunidad de oro para apoyar a esas asociaciones y a ese Voluntariado que, con una sonrisa en la cara y sin un euro en el bolsillo, benefician con su trabajo a más de 5 millones de personas en nuestro país. Lo pueden hacer marcando en su Declaración de la Renta, la Casilla de Fines Sociales, de cuyas subvenciones se benefician más de 1.000 programas dirigidos a las personas desfavorecidas.
Ni les va a tocar pagar más ni les van a devolver menos y siempre se quedarán con la agradable sensación de haber contribuido a hacer una sociedad más justa y solidaria.
