“¿Y qué?… si existe el efecto llamada”

 En Archivo, Entrevistas, PVE

¿Cómo surgió tu participación en la llegada del Aquarius a Valencia?

Mi participación en la llegada de los tres barcos fue doble. Al ser el encargado estatal de los Equipos de Sensibilización e información ante emergencias (ESIE), me encargué de movilizar los distintos equipos del territorio estatal para poder cubrir el desembarco. Por otra parte, estuve presente dentro de los equipos de trabajo dando apoyo a los compañeros de Valencia.

 ¿Era tu primera vez en un dispositivo de estas características?

Sí, tanto yo como nuestros equipos, nunca habíamos participando en un operativo de estas características. Sí que es cierto que hemos atendido situación similares como la llegada de personas refugiadas, pero su viaje era diferente, ya que les recibimos en el Aeropuerto de Barajas y quienes llegaron ya tenían la condición de Asilo- Refugio concedida.

Prestaste tu atención a menores y jóvenes, sobre todo. ¿Cómo es salir de casa siendo tan jóvenes con un futuro completamente incierto? 

Todo lo que digamos desde aquí son creencias, creo que si no lo vives no es posible tener la percepción real de lo que viven. Pero para abandonar todo lo que tienes, familia, amigos, una casa e ir a otro país jugándote la vida sin ni siquiera tener asegurado un porvenir… Entiendo que la situación tiene que ser realmente complicada en sus lugares de origen para jugarte la vida por lograr una que puede parecer mejor.

Hubo una refugiada que te digo que hacía tiempo que nadie le daba un abrazo así… ¿cómo fue el momento de tenderle la mano a quienes tanto lo necesitan y recibir estas palabras?

Los primero una enorme responsabilidad, porque aún siendo gente joven, atendiendo a otra gente joven, la responsabilidad sobre nuestras espaldas era muy alta. En cuanto a mis sentimientos, creo que es algo que jamás conseguiré explicar en esos momentos sentí una mezcla de enfado, frustración, felicidad y humanidad. Sin duda creo que para todas las personas que estuvimos ahí fue algo inolvidable ver cómo dándoles la mano o simplemente escuchándoles, dibujabas una sonrisa en sus caras.

¿Qué les dirías a las personas que están juzgando este recibimiento por el denominado ‘efecto llamada’?

Les diría que se acuerden de los años 40 cuando cruzábamos de forma ilegal la frontera con Francia, cogíamos barco para llegar a Venezuela, Argentina o Chile. Estas personas solo buscan un lugar en el que vivir tranquilas, sin guerra, sin que sean perseguidas, explotadas… Y al margen de esto, qué pasa si hay un efecto llamada, ojalá pudiéramos acoger a más personas y nutrirnos de sus vivencias, empatizar y conocer que les trajo hasta aquí y aprender de su experiencia.

Después de más de una semana en alta mar, ¿ahora qué? ¿Cómo crees que se va a resolver el asilo o refugio de estas 629 personas y de las muchas otras que siguen llegando?

No sabría responderte, entiendo que aquellas personas que hagan la petición de asilo/refugio y puedan justificarla conseguirán quedarse. Del resto de personas tendrá que encargarse la administración y nosotros, las diferentes entidades sociales somos quienes tendremos que trabajar para resolver su estancia en este país.

¿Cómo continúa la labor de Cruz Roja tras el desembarco de barcos y pequeñas embarcaciones como el Aquarius?

Nuestra actuación aún continúa, en nuestros CAR (Centros de acogida a refugiados) donde se les acoge, forma y prepara para que salgan lo más integrados posible a nuestra sociedad. Por otra parte nosotras desde Cruz Roja Juventud seguimos trabajando con los y las menores en diferentes materias. El trabajo que se realiza es enorme, y seguro que con estas dos acciones me quedo corto… pero son las que llegan a mis competencias

El Aquarius fue un caso muy mediático pero ni muchísimo menos aislado, lo estamos viendo ¿Qué pasa con quienes están llegando después y quienes llegaron antes?

Creo que sin duda esto ha sido un hito histórico, y que facilitará el trabajo a las personas que vienen detrás y a quienes llegaron antes también. Pienso que el cambio se tiene que producir desde nuestra sociedad, cambiando la forma en la que miramos y tratamos a estas personas. La clave está en entender que está muy cerca, en clase, en el súper, en la peluquería, tenemos que hablar con estas personas, conocer su historia y empatizar, así vamos a conseguir cambiarlo todo.

 ¿Qué significa para ti el voluntariado? ¿y para las personas beneficiarias?

El voluntario para mi es lo que mueve el mundo, gente haciendo cosas pequeñas, en muchas partes del mundo, en resumen el motor de cambio del planeta. Creo que sin el voluntario mi vida no sería lo mismo.

Para las personas destinatarias creo que somos como figuras de referencia y un ejemplo en el que quieren verse reflejados. Hay muchísimas personas refugiadas que también hacen voluntariado, no hay diferencia entre ellas y nosotras.

¿Te planteas nuevos escenarios de voluntariado para tu vida?

Pues este momento de mi voluntariado ha pasado más un perfil de gestión y estrategia, es verdad que me encanta y me ha ayudado a entender más mi institución y conocer todo desde dentro. Pero echo muchísimo de menos el trabajo de campo, por eso cuando mi tiempo me lo permite me pongo las botas y me voy ayudar en lo que puedo, esto también me permite mantener los pies en la tierra y no perder el motivo por el que inicié mi voluntariado. En un futuro me gustaría volver a la intervención directa y la verdad es que sí que me llaman mucho otros campos como por ejemplo el del voluntariado internacional. 

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