Cáritas apuesta por cuidar el planeta frente al cambio climático

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Cáritas ha enviado la siguiente nota informativa con motivo del Día de la Madre Tierra.

La proclamación, en 2009, del 22 de abril como Día Internacional de la Madre Tierra supone el reconocimiento de que la Tierra y sus ecosistemas nos proporcionan la vida y el sustento a lo largo de nuestra existencia. También supone reconocer la responsabilidad que nos corresponde, de promover la armonía con la naturaleza a fin de alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

Efectos del cambio climático
sobre la alimentación y la pobreza

En este sentido, para Cáritas resulta prioritario sumar sinergias de carácter global que permitan combatir los efectos del cambio climático, un proceso sobre el que alertó ya en 1992 la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Río+20, al poner el foco sobre una crisis medioambiental de carácter “trasversal y persistente que requiere una acción urgente y ambiciosa vinculada al derecho a la alimentación y a las causas de la pobreza”.

Desde entonces, sus efectos no han dejado de crecer. Según el informe 2014 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), además de constatar que éste ya afecta a miles de millones de personas en todo el mundo, se advierte que cualquier futuro aumento de temperatura en el planeta podría provocar “cambios abruptos e irreversibles” en forma de un clima más extremo, cultivos dañados, deshielo de glaciares, propagación de la enfermedades y el aumento de los niveles y acidificación del mar. Esto significa que las generaciones futuras sufrirán aún más las consecuencias del cambio climático y que, especialmente las más pobres y vulnerables, lo resistirán peor.

Estamos a tiempo, sin embargo, de actuar contra el cambio climático. Para ello, es preciso el coraje y el esfuerzo de los gobiernos de todo el mundo para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo en los países más industrializados. Ese objetivo no será posible sin un compromiso de financiación suficiente y continuada para frenar sus efectos y aumentar las posibilidades de crecimiento económico y estabilidad social para todos.

Es necesario recordar, además, que el derecho a un entorno natural adecuado está reconocido en las declaraciones de la ONU, como en la Resolución 45/94 donde se lee “todas las personas tienen derecho a vivir en un ambiente adecuado para la salud”.

La Creación no es una propiedad

Para Cáritas, la Creación no es propiedad de solo algunas personas, sino nuestro legado para futuras generaciones. Como nos recuerda el papa Francisco, “la Creación no es una propiedad, de la cual podemos disponer a nuestro gusto; ni, mucho menos, es una propiedad sólo de algunos, de pocos: la creación es un don, es un don maravilloso que Dios nos ha dado para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, siempre con gran respeto y gratitud. (Audiencia General del 21 de mayo de 2014).

Campaña “Justicia Climática” y Red Panamazónica

En el marco de este compromiso con los efectos del cambio climático, Cáritas Española participa desde 2008 trabaja en la campaña “Justicia Climática” liderada por Cáritas Internationalis, a través del apoyo a las comunidades más vulnerables en todo el mundo para reducir los daños derivados del cambio climático (mitigación) y hacer frente a éste (adaptación).

En los últimos años, venimos participando también de manera muy activa en la creación de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), una iniciativa de dimensión regional y global desde la que pretendemos sumar esfuerzos en la defensa de los derechos de los pueblos de la Amazonia y el cuidado de la Creación. La destrucción de la floresta amazónica, así como otras florestas tropicales en el mundo, incide significativamente en el desequilibrio climático en todo el planeta. Hoy más que nunca, la voz de los pueblos indígenas y comunidades campesinas, sus saberes y prácticas, deben ser escuchada como fuente de posibilidades y de equidad.

Acción ante la Unión Europea

Asimismo, en el marco de Cáritas Europa, Cáritas Española, junto varios miembros de la red europea, han elaborado el informe “El rol de la UE para acabar con el hambre para el 2025” donde se pide a la Unión Europea la adopción de objetivos más estrictos de reducción de emisiones y un mayor apoyo para lograr una agricultura más sostenible, diversificada, resiliente y adaptada al clima. Creemos que mediante el reconocimiento de la multifuncionalidad de la agricultura y sus dimensiones ambientales, la UE debe orientar las políticas a preservar los conocimientos tradicionales y mejorar las habilidades y conocimientos sobre biodiversidad de los agricultores.

En ese sentido, estaremos expectantes ante la cita que tendrá lugar el próximo mes de diciembre en Paris, donde se celebrará la 21ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y en la que la comunidad internacional deberá alcanzar un acuerdo político y financiero capaz de dar respuesta al cambio climático sin dejar de lado a las comunidades más vulnerables.

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